Asegurar un tiempo mínimo de rumia es fundamental para mantener la salud digestiva del ternero
El sistema de alimentación más habitual en España para el cebo de terneros es la administración de una ración de paja y pienso. La paja aporta la cantidad y longitud de fibra necesaria para que el rumen mantenga su actividad y la rumia se realice de forma correcta. En este sentido, asegurar un tiempo mínimo de rumia es fundamental para mantener la salud digestiva del ternero, ya que durante esta se incrementa la secreción salivar y la producción de bicarbonato, que actúa como tampón para controlar el pH ruminal. Debido al sistema de alimentación basado en concentrados con un alto contenido en cereales, el pH ruminal es siempre bajo y está al borde de la acidosis. Esto es positivo porque fomenta las fermentaciones acéticas y favorece la producción de grasa. Sin embargo, el riesgo de acidosis subclínica, laminitis, queratinización del rumen y abscesos hepáticos siempre está presente. Cualquier problema de manejo como una alta competencia por el comedero, calidad y/o disponibilidad de la paja puede dar lugar a una acidosis clínica con problemas importantes e incluso la muerte de algún animal.
En el proyecto Vacusos se buscan sistemas para optimizar la producción de terneros en las fincas de origen, favoreciendo en lo posible la salud y bienestar de los animales a la vez que se maximiza el aprovechamiento de recursos propios y la rentabilidad de la explotación. Además, el cultivo de forrajes contribuye al mantenimiento del suelo agrícola, permitiendo conservar una buena estructura del suelo, mejorar la infiltración del agua, evitar la erosión y controlar las plagas de forma natural, favoreciendo una producción sostenible con el medio ambiente.
En este contexto se considera que la recolección del heno excedente durante la primavera en las fincas permitiría cebar los terneros producidos, sustituyendo así el tradicional uso de la paja. Es importante recolectar el forraje en el estado vegetativo óptimo y reducir de forma rápida su contenido de humedad, minimizando las pérdidas para aprovechar al máximo el aporte nutritivo del heno.
El heno es hierba, de gramíneas o de leguminosas, cortada, seca y utilizada como alimento para los animales. A veces se le llama simplemente hierba seca. Las flores de pasto también suelen ser parte de la mezcla. … En muchos países, la alfalfa constituye un heno de calidad superior, para el ganado bovino y los caballos.
El heno es producto del secado del forraje, en donde se reduce su humedad de un nivel del 70 a 90 % al tiempo de corte, a un nivel entre 12 y 20 % al momento de almacenar, permitiendo de esta forma la conservación segura por un largo periodo de tiempo.
Razón por la cual se recomienda elaborar heno cuando hay menos posibilidad de lluvias (ejemplo al principio de la época de sequía y/o en el verano).
Henificar consiste básicamente en el secado de los pastos con ayuda del sol, el viento o por métodos artificiales, hasta reducir el porcentaje de humedad entre 15 y 20 %, para almacenamiento y uso posterior. El Heno se puede fabricar a partir de cereales, gramíneas, leguminosas.